Este es un tema clave para la vida de las mujeres, uno que nos debieron enseñar en la secundaria. Una destreza, que, si la logramos manejar, nos asegura buenas relaciones y, sobre todo, sentirnos bien con nuestras decisiones.
Soy de la idea de que lo más importante que aprendemos en la vida lo hacemos en la infancia o adolescencia. Es en esos años tiernos donde todo se queda impregnado como tinta indeleble en nuestras mentes. Y los conceptos que te voy a compartir son de esos que queremos se nos queden y sobre todo apliquemos.
Son cuatro destrezas que hay que clarificar, practicar y sostener a lo largo de la vida. Con la pareja principalmente, pero también en las relaciones de familia, amistad y laboral… Todas en realidad.
Se trata de establecer con decisión y constancia estos conceptos: valores, estándares, límites y rompe tratos.
Cuando tú tienes éstos conceptos claros y los aplicas consistentemente, tus relaciones alcanzan niveles de conexión y satisfacción altos, niveles que tal vez no conocías. Y aunque no lo hayas aprendido en la escuela, puedes empezar a hacerlo ahora para evitarte muchos dolores, malentendidos y abusos.
Voy a presentártelos de atrás para adelante, o sea, de lo más urgente y vital, a lo más ligero y general. He descubierto que hacer el análisis de esta manera lo hace más sencillo y clarificador.
Rompe tratos:
Se refieren a esos límites que son inamovibles, no negociables y que una vez transgredidos implican que la relación como estaba definida, se terminó. El contrato se rompió.
La razón para que existan estos rompe-tratos es preservar tu seguridad e integridad física, emocional y psicológica. Se trata de faltas y agresiones tan severas que golpean la esencia misma de la relación, así como tu integridad como persona. Los rompe-tratos que voy a mencionarte son básicos, puede ser que tú manejes otros que tengan que ver con algo tan importante para ti que son no-negociables. Te invito a que tomes lápiz y papel para clarificarlos.
Infidelidad: De ocasión, sostenida o repetida, la que sea.
Deshonestidad: Mentir u omitir la verdad.
Violencia verbal.
Violencia física.
Invasión a tu privacidad.
Acoso.
Actitudes controladoras que atentan contra tu personalidad y desarrollo.
Irresponsabilidad financiera que impacta la seguridad de la pareja y familia.
Haraganería y falta de deseo de progresar.
Falta constante de dinero.
Maltrato, abuso e irrespeto de los hijos, propios y de la pareja.
Límites:
Son las expectativas de trato que tienes y que si no se cumplen, intervienes para que no continúen ni escalen. A diferencia del rompe-tratos, los límites son algo que puedes trabajar con tu pareja constantemente, y de manera sana.
Poner límites es tal vez una de las tareas más difíciles que tenemos como personas. No nos gusta contrariar a las personas, no nos gusta confrontar, evitamos caer mal. A unas personas más que otras, pero en general, a todos nos causa molestia tener conversaciones desagradables en las que nos sentimos vulnerables y expuestos.
Poner límites se hace más difícil cuando no sabemos cuáles son. También se hace retador porque muchas veces no honramos los límites internos para nosotras mismas. Si no respetamos nuestros propios límites, ¿cómo vamos a implementarlos con alguien más?
Ejemplos de límites:
Comunicación respetuosa: lenguaje y volumen utilizado.
Respeto al espacio personal: tanto físico como emocional y psicológico.
Presencia constante y predecible.
Disponibilidad emocional para hablar de temas importantes y resolver conflictos.
Respeto a tu dinero y propiedades.
Respeto a la familia y relaciones importantes.
Respeto a tu tiempo y actividades.
Estándares:
Los estándares son esas cualidades y características que admiras y respetas en una persona. Los estándares nos ayudan a filtrar el nivel de cercanía que permitimos a una persona tener en relación a nuestra vida. Los estándares que buscas en una pareja no son los mismos que para un socio de negocios, tampoco para amigos, pero tener estándares en las relaciones nos permite tener interacciones sanas y que te hagan sentir bien.
Para una pareja, tus estándares deben ser altos y en línea con el valor que tú te das a ti misma, lo que tienes para ofrecer y lo que deseas recibir para ti y los tuyos. Incluyen lo que te gusta, lo que admiras en una persona.
Te comparto algunos para que te des una idea:
Estabilidad financiera según la situación: familia, soltería y paternidad.
Un nivel de educación similar al tuyo.
Cuidado personal en su aspecto y comportamiento.
Un plan de crecimiento y progreso para su vida y la familia.
Relaciones interpersonales sanas y cordiales.
Un estilo de vida saludable.
Valores:
Son las cosas que para ti son tan importantes y que operan en tu vida que no podrías estar con alguien que no las honre y viva también. Valores como honestidad, integridad, emprendimiento, valentía, responsabilidad financiera, fidelidad, amor, crecimiento personal.
Si tú los tienes claros y los honras, entonces te será más sencillo identificar cuando tu pareja no está alineado con ellos y poder tener conversaciones para buscar la integración, y así estar en la misma página. Pero pasa que los valores son intrínsecos, los adquieres en la juventud y no los puedes imponer, entonces hay otros cuestionamientos que hacer.
Te comparto algunos:
Honestidad.
Fidelidad.
Crecimiento profesional y financiero.
Responsabilidad de familia.
Responsabilidad financiera.
Búsqueda de crecimiento personal y/o espiritual.
Consideración y afecto.
Gusto por vivir y divertirse.
Cada personase plantea estas cosas de distintas maneras, cada quien sabe qué quiere y cómo quiere que se manifieste en su vida. Es tan importante saber con claridad que deseas, como lo que no. Pero ese es tema de otro de blog. Por ahora, te dejo que medites en estos elementos del amor sano para que seas más auténtica, asertiva y sientas mucha más felicidad en tus relaciones.