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¿Es amor o apego?

Cuando estamos en una relación ya sea romántica, laboral, familiar o de amistad, es usual pensar que queremos y amamos a estas personas que ya forman parte de nuestra vida y entorno. Pero, ¿que pasa cuándo por una u otra razón queremos que estén con nosotros todo el tiempo?, entonces comienzan a surgir problemas, incomodidades o discusiones, te comienzas a preguntar ¿qué pasó?, pero esa pregunta se queda sin respuesta.

El apego es una de las situaciones a las que no les prestamos la atención adecuada, ¿la razón?, desconocemos que quiere decir o cómo funciona.

En este punto, te preguntarás que tiene de malo o cómo funciona esta dinámica que te ha traído problemas, dolor y desilusión. El apego es una fuerza poderosa en la que muchos vivimos y actuamos basándonos en ella, pero que en realidad no es amor o cariño.

Según la Real Academia de la Lengua, apego significa “afición o inclinación hacía alguien o algo”, esta definición nos da un panorama general de qué es el apego.

Walter Riso dijo en una entrevista que el apego “es un vínculo obsesivo con un objeto, idea o persona que se fundamenta en cuatro creencias falsas: que es permanente, que te va a hacer feliz, que te va a dar seguridad total y que dará sentido a tu vida. Cuando tienes un vínculo de este tipo no estás preparado para la pérdida y no aceptas el desprendimiento” y justamente eso es lo que duele.

Muchos especialistas del amor y relaciones mencionan al apego como algo que debemos evitar, el amor debe ser libre y constante, sin necesidad de que esto se convierta en una obcesión y termine siendo una jaula o prisión.

El apego emocional trae dificultades, incluso en relaciones en donde ya no existe el amor pero el miedo de que se termine o uno de los dos se vaya es una constante de temor y puede dañar tu salud mental.

Es importante saber que si tus sentimientos se basan en las ideas y recuerdos de lo que vivieron y que en el presente ya no es y, además, ya no te hace feliz, estas apegada.

Si esas personas con las que compartías ya no te agradan pero no las quieres dejar ir, estás apegada.

Si la dinámica familiar con primos, tios o cualquier otro miembro de la familia ya no te llena, no te aporta, pero insistes en seguir ahí pese a que no te sientes bien, estás apegada.

Identifica esas pequeñas señales que te hacen ver la realidad de las cosas, por ejemplo, si pierdes la paz durante una reunión o plática, es casi seguro que ya no amas, solo te niegas a avanzar.

Es fácil llegar al apego, pero recuerda que también puedes salir de el. Si tu quieres reconstruir esas relaciones, el primer paso es asumir qué sucede y hacer un cambio. Sin ello, seguiras en la misma espiral.

Buscar ayuda también es válido, el estar acompañada, guiada y sostenida en todo el proceso de “desintoxicación” lo és.

No temas en dar ese paso adeltante, recuerda que primero debes amarte a ti misma, luego a los demás. Si tu no estás feliz, no podrás sostener relaciones con los demás, estarás sumida en una constante de dolor, sufrimiendo y pesar.

El apego es una fuerza poderosa, pero el amor lo es más. Comienza hoy tu camino a la sanación, al amor sano y feliz, a las relaciones constantes y que aportan, a esos momentos de paz, porque déjame decirte algo, tu eres capaz, fuerte y poderoza como para no permitirte ser feliz.

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