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Si haz recibido el silencio rotundo de parte de tu pareja o la Ley del Hielo, como se le conoce, entiendes muy bien lo doloroso que es y la ansiedad que provoca. Recibir este tipo de trato de la persona que amamos es una experiencia confusa y desconcertante, que provoca impotencia por no entender qué sucede ni lo que se requiere para arreglar el problema. 

Hace un tiempo estuve en una relación con un hombre que cuando se enojaba me bloqueaba en su teléfono y chat, me sacaba de redes sociales y pasaba varios días sin permitirme ningún contacto con él. Quisiera poder decir que yo manejaba esa situación con madurez, pero la realidad es que me ponía muy mal.  Ese comportamiento me afectaba mucho y producía episodios de ansiedad muy fuertes.  Después de unas cuantas veces, mi autoestima se vio afectada, llegué a aceptar ese tipo de trato como algo normal y que yo era parcialmente responsable de provocarlo. Me costó algún tiempo convencerlo a él de que esa no es la manera de manejar problemas, y aunque la situación mejoró, el daño que hizo entre nosotros fue significativo.  

Quiero que sepas que el silencio impuesto es una forma abusiva de poner límites utilizada por personas manipuladoras, pero también en muchas ocasiones, usada por personas buenas pero inmaduras que no saben cómo comunicarse efectivamente y enfrentar los problemas. En todo caso, sin importar cuál es la causa de esa actitud, es un comportamiento nocivo que puede dañar la relación con tu pareja y sobre todo tu autoestima.

Existen parejas que aplican la Ley del Hielo por horas, días y hasta semanas. Te bloquean en su teléfono, en el chat, te sacan de redes sociales y usan una serie de acciones agresivas para expresar inadecuadamente su enojo, cómo fue el caso de mi ex-pareja. Esta actitud es una manipulación utilizada como estrategia pasivo-agresiva y su objetivo es controlar y llevar el conflicto a su ritmo y beneficio, muchas veces para que al final tú hagas lo que él quiere bajo coerción. 

Esto lo hace una persona como una forma de alimentar su ira y demostrar todo el poder que tiene sobre ti.  Pero, ¿cuál es realmente la razón? ¿por qué estas personas actúan de esa forma? En muchas ocasiones es porque tú ya pusiste un límite y él no quiere aceptarlo. Un ejemplo de ello es cuando tú decides salir con tus amigas y dedicarte un poco de tiempo aparte, él puede estar en desacuerdo con que te muevas independiente en otros entornos y cuando sus argumentos se quedan cortos para convencerte, recurre a la actitud abusiva de cortarte el habla para obligarte a complacerlo. 

En este tema es importante hacer la distinción entre la Ley del Hielo y el pedir espacio para calmarse.  No son lo mismo. La Ley del Hielo se ejerce de manera unilateral, deliberada y con una intención de manipular.  Pedir espacio para ordenar pensamientos y aliviar emociones es algo que haces de manera clara, expresa y sin un motivo oculto, ni intención de manipular.  Pedir espacio es válido y sano cuando las discusiones se acaloran.

La Ley del Hielo es un rechazo fuerte y cuando eres sometida a ella, puede que recurras a pedir, rogar con la intención de re-establecer la comunicación, recuperar cariño, atención y amor. Es importante que sepas que no sólo no es efectivo,  sino que solo alimenta el drama que busca tu pareja.  También le da el mensaje de que estás cediendo a su capricho, reforzando su apuesta de control y poder.  No es raro que después de restablecer la comunicación te culpe del problema. Y tú te sientas aliviada por contar nuevamente con su atención, pero también te sientas confundida, resentida e insatisfecha.

Cómo manejar la Ley del Hielo

1. Para manejar mejor una aplicación de Ley del Hielo es importante que te observes a ti misma con objetividad y puedas evaluar tus acciones y te responsabilices de tu parte en el problema.  Si hay algo que reconocer, hazlo, conversa y si se requiere, pide disculpas.  Habla con asertividad, se sensible con los sentimientos de tu pareja, pero no asumas culpas extremas ni recibas el castigo de la Ley del Hielo como algo válido en el conflicto.  Quitarle el habla a tu pareja es un acto de agresividad pasiva y no es aceptable en una relación. 

2. Es importante que no seas complaciente ni te sometas al maltrato con tal de recuperar la armonía.  Este es un error que cometemos seguido para lograr la paz en una relación.  Ten en cuenta que este tipo de conducta busca asignar culpas y castigos, no tiene que ver con resolver el problema ni encontrar la paz. 

3. Si tu pareja quiere infligir este daño continuamente debes hablar con él en un momento que estén en calma y establecer límites sanos sobre lo que aceptas o no en caso de un conflicto. No permitas que te agreda con silencio haciéndose la víctima, para lograr su objetivo.

4. Muchas veces para terminar con el problema aplicas tácticas reconciliadoras como preguntar: ¿Te sientes bien? ¿Qué puedo hacer por ti?  ¿Qué quieres que haga para que se te pase? O tratas de recibirlo con detalles o sexo para poner fin al problema. Esto no ayuda a solucionar a fondo el conflicto sólo hace un camuflaje de una situación que al final explotara.  

5. Adicionalmente, debes examinar cómo te sientes cuando te aplican la ley de hielo, ¿Sientes ansiedad? ¿Miedo al abandono? ¿Angustia? Todas estas son señales de asuntos pendientes que tienes que resolver en ti y que apuntan a un estilo de apego inseguro ansioso. Esa es la parte de la dinámica que tú debes atender y sanar. 

Y por último quiero decirte que la mejor estrategia para manejar la Ley del Hielo es que pongas la atención en ti misma y te enfoques en tu bienestar.  Déjale a tu pareja la parte que le corresponde que es gestionar su enojo y calmarse.  Cada persona es responsable de gestionar sus emociones para encontrar el equilibrio. Procura cambiar de canal y enfócate en hacer cosas que disfrutes con gente que te ama.  Toma en cuenta que la persona que aplica la Ley del Hielo es la persona que inició el problema de comunicación y es quién debe finalizarlo. 

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